Hay sensaciones y éticas pero los grupos se interrelacionan y de vez en cuando los sentidosdejan que las manos sueñen entre bambalinas.Eran cincuenta o cien el número sería lo de menos pero el sudor de cuerposno dejaba dudas.
No sabiamos si era de ébano o si el acento denotaba, seguro que venia de la tierra de Sheaspeare, atlético formado como un David, dejaba exahustos y sin premisas a los detractores de la raza aria.
Casí podia tocar los brazos fuertes y en cambio no se sabía si podría amar el Ingles, desparpajo y frases ingeniosas, un cúmulo de raices que por lejana quiza sonaban anónimas.
Blanco sobre negro, un modelo más se pasea entre los pasillos, sombreros que no quitan el sol, perfumes que no son tuyos pero que desean la bulimia de sexos imposibles.
Un primor entre arboledas que no son decimonónicas soñando con sus brazos, que importa el armario sino hay ropa, que crea la mente si esta vacia, que unión en cuerpos sino hay ganas, que silencio de estrellas esperando un sauce sin hojas .
Era una mañana y su olor era ancestral, diferente, perdido, olímpico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario